¿A dónde van las personas cuando mueren? ¿Porqué todas las culturas cuentan con ritos funerarios en el proceso del duelos? Vaya, que complejas preguntas. 

La respuesta dependerá de quien pregunte y quien responda. Cada persona mira el mundo con base en su sistema de creencias, construido por la familia en que nace, las experiencias y aprendizajes que vive, sus referentes sociales y el tiempo histórico. 

Este sistema de creencias desencadena la adopción o creación de rituales, es decir, procesos cargados de significado que nos ayudan psicológicamente a transitar por el complejo intento de descifrar algunas preguntas. 

En el caso de los rituales relacionados con la partida de un ser querido, algunos nos ayudan a intentar dar una respuesta a preguntas como:

• ¿Qué significa morir?

• ¿Puedo hacer algo para ayudar a mi ser querido a llegar a un buen lugar?

• ¿Cómo me relaciono con él/ ella ahora que ya no está?

• ¿Cómo logró sentirle cerca?

Como para estas preguntas no hay una respuesta correcta o verdadera, participamos en rituales colectivos y en algunas ocasiones creamos los propios. 

Uno de los más representativos es el día de muertos, esta conmemoración de gran impacto nacional tiene en su “forma de ser” una bella particularidad, cada familia personaliza el servicio. Colocar en la ofrenda elementos que le gustaban a la persona que partió, forma un hilo conductor hacia ellos, que nos da la sensación de que en alguna forma ese día nos acompañan y están cerca de nosotros.

Estos días tan especiales y coloridos se nos está permitido, e incluso se promueve festejar su cercanía, buscar convivir y conmemorar a quienes han partido.

Gracias a este día todos los mexicanos, e incluso extranjeros que se han sumado con nosotros a esta celebración, que creen en ello pueden expresar libremente sentimientos de añoranza, sin limitaciones.

Gracias al día de muertos.