El rito judío
Basado en siglos de tradición judía, el servicio funerario judío se ha adherido desde hace tiempo a un fuerte conjunto de creencias de acuerdo con las enseñanzas de la Torá. Mientras que los judíos ortodoxos y conservadores todavía se adhieren fuertemente a estas costumbres, algunos judíos reformistas han modificado las costumbres fúnebres tradicionales.
Su cosmovisión
Las leyes en la religión y prácticas refiriéndose a la muerte y el luto están basadas en dos puntos principales:
- El honor y respeto cumplido a un ser humano ya sin vida.
- El interés mental, emocional y espiritual hacia los deudos, como un requerimiento de extenderles ánimo y consuelo.
La muerte es concebida como una separación entre el cuerpo y el alma, considerando que el alma, es la mente, la conciencia, el conocimiento y la memoria, por lo tanto, el alma no muere con la muerte del cuerpo.
El servicio funerario
Este servicio es gestionado por la propia comunidad con procesos bien definidos en tiempo y forma, algunas de sus generalidades son:
- El cuerpo solo puede ser tocado por los integrantes de La Jebrá, además de ser envuelto en una mortaja blanca de lino:
- La Jebrá es la responsable de que un médico certifique la defunción y permanecen con el cuerpo hasta que es sepultado. Sus integrantes llevan a cabo la limpieza del cuerpo y su preparación para el entierro. Además de encargarse de dar las indicaciones para las plegarias y el ritual relacionado con los deudos para que tengan que preocuparse por ningún detalle hasta después del entierro.1
- El entierro se debe llevar a cabo lo más pronto posible ya que, con él, la persona inicia su viaje hacia la eternidad, se utiliza un ataúd de pino y la sepultura debe ser en un panteón de la comunidad judía, donde acuden los hombres, puesto que por “costumbre” las mujeres no asisten al cementerio.
- El ritual podría retrasarse por la coincidencia con otras fechas, por ejemplo, el Shabat (el sagrado séptimo día de la semana, que -según la Torá-ha de ser celebrado con la abstención de cualquier clase de trabajo) o el Rosh Hazaña (fiesta de año nuevo).
Con respecto al proceso de duelo:
De acuerdo con sus creencias, no se debe llorar demasiado por un muerto, así que sus líderes guían para regirse a través de días para estructurar el proceso de despedida de la siguiente forma: los tres primeros días pueden ser de llanto, siete días de tristeza y lamentaciones y hasta treinta días para cortarse el cabello.
Al tener tan estructurado este proceso, ¿será posible aligerar de alguna forma la “carga” de la pérdida?, al final de cuentas el “duelo es un continuo, más que un proceso que pueda concluir.
Medir este proceso en días y tener ciertos comportamientos esperados, me parece que brinda una sensación de estructura tan necesaria en estos momentos, por ejemplo:
- El luto recibe el nombre de Shiva y son los 7 días considerados después del entierro. Su finalidad es reconocer, en lugar de reprimir, los sentimientos de dolor y tristeza. Se puede mantener encendida una vela conmemorativa, y los espejos se pueden cubrir para demostrar una carencia de preocupación por el aspecto físico. Para algunos, los aspectos de este período de luto pueden continuar durante 30 días o un año. Durante los primeros tres días los familiares no pueden saludar ni responder a ningún saludo, del día 3 al 5, no saludan pero si pueden responder al saludo que otros ofrezcan.
- Antes del entierro no comen carne ni toman vino, no se rasuran ni se bañan y no está permitido comer o fumar en la misma habitación donde se encuentra el finado.
- Después del entierro: En los primeros 7 días no hacen ningún tipo de trabajo o negocio, ni tercerizado. Solo pueden lavarse la cara, las manos y los pies con agua fría, las mujeres no se pueden maquillar.
- Durante los días de luto los deudos deben abstenerse de todo tipo de festejos, actividades de ocio y alegría, al menos durante 30 días. En el caso de una madre o un padre, hasta por un año.
Para la comunidad judía, esta manera de enfrentar la pérdida de un ser querido es una forma ordenada de regresar a la vida “normal”
Es importante mencionar que, en el caso de servicios para niños, los judíos creen que van de forma inmediata al cielo, así que no llevan luto, pueden hacer su vida normal, sin restricciones.
Por último y no menos importante, debemos recordar que la comunidad judía, así como cualquier otra comunidad tiene diversidad en sus integrantes y subgrupos, así que seguramente este proceso podría adecuarse a las creencias y estilo de vida de cada subgrupo, siendo la información una referencia para que conozcamos en general su forma de transitar este proceso, tan diferente a otras.
Fuentes
- https://www.enlacejudio.com/2017/11/02/la-jebra-kadisha-sociedad-sagrada-preparando-a-los-fallecidos-ultimo-viaje/
- “Juntos, pero no revueltos. Prácticas funerarias en la Ciudad de México a principios del Siglo XXI”, Cadena Cárdenas Javier, Consejo Editorial de la LXI Legislatura de la H. Cámara de Diputados.
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